El milagro de Henry Poole
El milagro de Henry Poole presenta la cuestión de la fe como el reconocimiento de que una mirada cientificista no es capaz de explicar ciertos hechos. Otro asunto que aparece claramente en la cinta es el fenómeno de la religiosidad popular -que precisamente se caracteriza por no ser muy dada a la sistematización racional- y el film muestra a la Iglesia, representada por el Padre Salazar, como la encargada prudente de separar el trigo de la paja en lo que a devociones populares se refiere.
El formato ideal para tocar todos estos problemas es del film: cine independiente, una puesta en escena basada en los personajes, y unos rasgos de cine de autor que se ponen muy de manifiesto en el uso de encuadres en relación con la música. El bagaje videoclipero de Pellington es innegable. En fin, una película muy interesante, novedosa y que muestra una cierta pérdida de miedo a hablar de cosas que eran habituales en el cine de los años cuarenta, como es la relación entre la fe y el sentido de la vida.