El enemigo habita en casa
Perono, no estoy aquí para halagar al Barcelona, por paradójico que resulte ellíder de la liga bien merece una corrección, como todos es humano, por tanto,tiene errores.
En tiempos de análisis político por la actualsituación de la comunidad catalana dentro de España, el Barcelona, equipolaureado y amado en todo el territorio español y fuera de él, se mete encamisas de once varas por aquello de defender a su país.
SandroRosell, un tipo aparentemente decente, y que se desgañitaba la voz diciendoaquello de: ¡Aquí no haremos propaganda política! ¡Eso forma parte del pasadode Laporta! Como si se tratara de un pecado imperdonable y del que ademásaparentaba sentir repugnancia, ni corto ni perezoso Rosell en su mandato hatenido una política de club que poco discierne de la anterior.
Destacauna consulta popular sobre la independencia catalana cuya sede fue el Camp Nouaprobada por Laporta durante su mandato y no aplazada por Sandro. No esel último episodio de corte político e independentista que protagoniza el clubculé desde que, el pasado 11 de septiembre, participara de manera activa en losactos de la Diada que dispararon las peticiones de independencia para estaComunidad Autónoma.
Elúltimo de estos hechos fue el pasado seis de diciembre cuando tras conocer elborrador de la nueva reforma educativa, el club azulgrana se lanza a la guerralingüística defendiendo un supuesto ataque a la lengua catalana.
"El FCBarcelona quiere reivindicar de manera enérgica la lengua catalana y el modelode inmersión lingüística vigente en Catalunya en los últimos 34 años.
La lengua, como nuestro Club, es un elemento deintegración que permite identificarse con el país, al margen de procedencias ysensibilidades. La lengua catalana y su enseñanza en las escuelas forma partede nuestra identidad y es un elemento esencial para la cohesión social y laconvivencia de nuestro pueblo.
Por este motivo,el FC Barcelona se pone al servicio del país, como ha hecho a lo largo de suhistoria, para defender nuestra cultura y nuestra identidad."
Esta es la otracara, el Barsa tontorrón, ese que se olvida de la cantidad de simpatizantes yaficionados que tienen en ese lugar del que se quieren marchar. Es él mismo yno otro su propio enemigo.