¿Cuál es el voto útil en Cataluña?
Un síes noes que en realidad se concreta, de momento, en la reivindicación de la aplicación de una fórmula como la del concierto económico vasco para Cataluña. La nueva petición reabre lo que parecía haber cerrado la sentencia del Estatut. La geometría variable de CiU va a depender mucho de cuál sea el resultado de las elecciones generales de 2012. En cualquier caso es difícil pensar que la coalición vaya a corregir la política lingüística de los últimos años. Días antes de que comenzara la campaña, sus líderes apoyaron el decreto que obliga a que los profesores vigilen que se utiliza el catalán también en los recreos.
Es una incógnita si el PSC que salga del 28-N va a parecerse al PSC de las dos últimas legislaturas o si corregirá el tiro y se acercará a la sensibilidad más española que representan hombres como el ex ministro Celestino Corbacho. En la campaña los socialistas han renegado de la gestión del tripartito, de las multas lingüísticas y de buena parte de la política que han hecho en los últimos ocho años. El distanciamiento será aún mayor si la derrota es rotunda. Si en las municipales los socialistas pierden además el Ayuntamiento de Barcelona, su Diputación y el Ayuntamiento de Badalona, tendrán que comenzar una interesante travesía del desierto que, a lo mejor, sirve para que vuelvan a sus viejas esencias.
Por lo pronto, para algunas cuestiones, como el uso de la lengua o la aplicación de la sentencia del Estatut, la geometría variable tendrá muchos ingredientes de sociovergencia. CiU siempre preferirá apoyarse en los socialistas que en Esquerra. Como el relevo en el Gobierno está garantizado, el voto útil, para que la política esté más centrada en las cuestiones reales y no en las reivindicaciones particularistas, será el que menos fortalezca esa sociovergencia. En política religiosa CiU, que apoyó la innecesaria Ley de Centros de Culto, ha acabado rechazando su reglamento. Un avance del PP que no va a servir para cambiar la política lingüística, sí sería útil para que la aplicación de esa ley se suavizara. Dentro de CiU, Unió tendría más peso. Sin embargo, si Rivera avanza, las fuerzas laicistas tendrían más peso en el Parlament. Un PP más fuerte también serviría para reforzar la intención de CiU de apoyar la iniciativa social en la educación. De hecho los populares han propuesto que toda Cataluña sea una única zona para elegir centro. El PP catalán ha sido durante muchos años un pequeño feudo casi familiar. Hay síntomas de que puede haber cambiado con Alicia Sánchez Camacho. Todavía no son definitivos.