Castigo a Zapatero que puede ir a más
"Votar a Emilio Pérez Touriño candidato de los socialistas gallegos estas elecciones es lo mismo que votar a Zapatero en las elecciones generales". Ésa fue la frase que marcó el mitin del presidente del Gobierno en Santiago de Compostela el pasado viernes, un mitin que no estaba previsto y que quería evitar lo que se ha producido este domingo: un castigo de los electores gallegos, un castigo que tiene como objetivo al propio Zapatero.
Rotunda victoria del PP que con 39 diputados obtiene una mayoría absoluta en la que Rajoy tiene mucho que ver. El líder de los populares, Alberto Núñez Feijoo, ha sido durante la crisis del PP un hombre de Rajoy. ¿Qué ha provocado el castigo a Zapatero en la persona de Touriño y la victoria de Rajoy en su candidato Núñez Feijoo? La crisis sin duda empieza a pasar factura a los socialistas. No quisieron convocar elecciones anticipadas en octubre y en los cinco últimos meses la situación se ha deteriorado mucho. Pérez Touriño ha repetido durante 2008, copiando a Zapatero, que la economía gallega estaba fuerte, más fuerte que la española. Pero el dato del incremento del desempleo del mes de enero, según las referencias del INEM, ha puesto de manifiesto que las cosas en Galicia están tan mal como en el resto de España. En el primer mes del año el paro aumentó en España un 6,3 por ciento y en Galicia un 6,1. El número de parados inscritos en el INEM es de 201.316 personas, no había tantos parados desde 1997.
La alianza de los socialistas con los nacionalistas del BNG ha provocado, por otra parte, una intensa oposición social, sobre todo en el terreno de la política lingüística y cultural. El decreto 124/2007, que limitaba la libertad para elegir entre el gallego y el castellano en los colegios, ha provocado un interesante movimiento cívico de oposición a través de organizaciones como Galicia Lingüística que el PP ha sabido capitalizar. Núñez Feijoo ha prometido la derogación de ese decreto. También la política educativa protagonizada por la alianza entre socialistas y nacionalistas ha provocado el rechazo de las organizaciones de padres que han visto cómo se limitaba la libertad de la enseñanza de iniciativa social.
Pronto va a hacer nueve años del comienzo del ascenso de Zapatero, en julio de 2000 fue elegido secretario general del PSOE. El 1 de marzo de 2009 ha sufrido el primer revés serio. Es pronto para saber si ha comenzado ya un cambio de ciclo. En cualquier caso Galicia es la primera derrota en una de sus apuestas más constantes: la alianza con los nacionalistas para arrinconar al centro-derecha. Esa alianza es la que ha producido en los últimos cinco años una profunda mutación constitucional en España.
Los resultados de los socialistas en el País Vasco pueden convertirse en una gran fuente de desgaste. Los socialistas vascos han conseguido un importante avance pero con sus 24 diputados se han quedado muy lejos del empate con los nacionalistas del PNV que le pronosticaban las encuestas. Por primera vez en la historia de la reciente democracia española los no nacionalistas han conseguido escaños (38) suficientes para desbancar a los nacionalistas del Gobierno. Las primeras declaraciones del candidato socialista Patxi López han sido de una ambigüedad calculada, ha hablado de superar los frentes. Palabras que anuncian un acuerdo con el PNV, lo que puede acelerar el desgaste de Zapatero. Zapatero cree que puede convencer a sus votantes de casi todo. Pero no va a conseguir convencer a muchos de sus votantes de que existan razones adecuadas para no echar al nacionalismo de un País Vasco donde ETA sigue matando.
El constitucionalismo laicista de Rosa Díez (UPyD) consigue un escaño en Álava, lo que le va a dar protagonismo. Pero sus resultados han sido malos. Salvo en Álava, en las otras dos provincias vascas y en las cuatro gallegas no ha conseguido superar el dos por ciento de los votos. Son casi todos votos del PP. Dicho de otro modo: UPyD resta votos al partido que puede conseguir una alternativa real a Zapatero y esos votos van a parar a la basura electoral. Si en efecto ha cambiado el ciclo, no conviene dispersar fuerzas en operaciones inútiles que, además, pretenden restringir la libertad religiosa.