Cónclave en marzo
¿Y ahora? Después de la renuncia del Papa se ocuparán diferentes autoridades de la sede vacante y de la preparación del Cónclave, sin que haya funerales o ceremonias que se usaban en el pasado, tras la muerte de un Papa. «Entonces, tendrán lugar las actividades de las congregaciones de los cardenales, que se orientarán a las elecciones desde el inicio y, puesto que esto comienza el primero de marzo, y que la experiencia nos hablaba en el pasado de una elección en unos 15 ó 20 días, podemos prever que en el mes de marzo tendremos un nuevo Papa, para Pascua», explicó el portavoz Federico Lombardi.
Los cardenales que tengan más de 80 años no podrán participar en el cónclave para elegir al nuevo Papa. Esto, formalmente, no impide que puedan ser elegidos. Mientras tanto, en los corredores de la Curia Romana comienzan a surgir las ´apuestas´ sobre los papables. El más acreditado como sucesor de Joseph Ratzinger es el arzobispo de Comunión y Liberación de Milán, Angelo Scola. Después del anuncio sorpresivo de la renuncia del Papa, surgen las primeras especulaciones sobre los posibles sucesores: uno de los papables es el cardenal austriaco Christoph Schönborn. El arzobispo de Viena, de 67 años, sigue la tradición de Benedicto XVI, pero es el vocero de una línea reformista en la Iglesia católica. Otros muy fuertes como candidatos son el filipino y jovencísimo Luis Antonio Tagle, el estadounidense Timothy Dolan y el brasileño Odilo Pedro Scherer.
Algunos de los cardenales que pertenecen a la Curia también tienen buenas posibilidades, como el franco-canadiense Marc Ouellet (prefecto de los Obispos), el italiano Gianfranco Ravasi (prefecto de la Cultura), el argentino Leonardo Sandri (prefecto de las Iglesias Orientales), el francés Jean-Louis Tauran (responsable del Diálogo Interreligioso), el ghanés Peter Kodwo Appiah Turkson, ministro de Asuntos sociales. Además, son muchos los que recuerdan que antes de su elección, el mismo Ratzinger dijo en 2004 a una televisión alemana que los tiempos estaban maduros para la llegada de un Papa de color. Benedicto XVI «naturalmente no participará en el Cónclave», indicó Lombardi. Joseph Ratzinger «dijo muchas veces que había pensado dedicar su edad anciana a la oración y al estudio, a la reflexión y eventualmente a la escritura. Son cosas que puede hacer libremente e imaginamos que podrá llevarlas a cabo, todo dependerá de él mismo».