No retrasada sino en la avanzadilla
Laentrevista la guía con mano maestra el periodista Aldo Cazzullo, nada clericalpero buen conocedor del mundo católico. Invita al cardenal a comentar elsignificado de la superación de la neoescolástica a lo que Ruini responde quese explica por la necesidad de iniciar un camino nuevo, un diálogo crítico conla cultura actual; esto no implica renunciar a la argumentación racional sobrelos contenidos de la fe, pero acentúa la necesidad de que dicha argumentaciónse mida con las preguntas de cada época así como el carácter de adhesión librepropio de la fe cristiana.
En otromomento le plantea si la evolución de las ciencias, y en especial de labiotecnología, no hace aún más difícil el diálogo fe-razón que incansablementeauspicia Benedicto XVI. Según el cardenal Ruini las ciencias se hacen cada vezmás conscientes de sus propios límites intrínsecos (siempre hay excepciones, comoHawkings, que esta semana insistía en que las leyes de la naturaleza puedenexplicarlo todo) y plantean preguntas cada vez más radicales sobre el misteriodel hombre y del universo. Por tanto, a su juicio los caminos de diálogo con lafe y con la filosofía se abren cada vez más.
Con estasrespuestas Ruini ya está ilustrando el camino de la Iglesia de aquella míticasituación de inmovilismo y autodefensa de hace doscientos años y el momentoactual, tras el evento conciliar y la guía de los papas Juan Pablo II yBenedicto XVI. Es el camino que describe magistralmente el Papa Ratzinger en suprimer discurso a la Curia de diciembre de 2005 sobre la hermenéutica delConcilio. Pero Cazzullo no le ahorra la pregunta directa sobre la tesis de suhermano Carlo María. "Si no he polemizado con él en vida menos lo voy a hacerahora", contesta el que fuera durante años cabeza de la CEI, tras rendir unhomenaje sin reservas a Martini. Pero en lo que se refiere al "retraso de 200años" Ruini da la batalla.
Para ello distingueel retraso derivado de los límites y pecados de los hombres de Iglesia, de sufalta de largueza de miras para entender los desafíos del tiempo y lasoportunidades que en cada circunstancia se abren al Evangelio, de una necesariadistancia respecto a las realizaciones y culturas de cada tiempo histórico.Resuena aquí el conocido versículo de la Carta a los Romanos: "no os ajustéis aeste mundo". Esta distancia sí es necesaria, aclara Ruini, y siempre es "unreclamo a la conversión, no sólo de las personas sino de la cultura y de lahistoria". La Iglesia tiene que dialogar con las culturas de cada tiempo ylugar, tiene que amar las preguntas y dolores de cada época. Pero también tieneque estar dispuesta a pagar el precio por el testimonio de su irreduciblenovedad.
Camilo Ruinipiensa que en este sentido no puede sostenerse que la Iglesia se encuentre hoy"retrasada" sino que más bien se sitúa en avanzadilla, porque en la conversiónque propone (en ese reclamo a la verdad del hombre y del mundo) está la clavede un futuro bueno. No puede decirse de manera más precisa y elegante. Creo quees una palabra clara y necesaria.