Carta a un amigo de Vox
Querido amigo:
He recibido tu carta donde me expresas tus preocupaciones por la situación de nuestro país. Comparto también tus inquietudes y miedos ante un mundo que parece moverse a una velocidad que nos deja perplejos. Y donde la normalidad parece haberse vuelto anormalidad. Tu sensibilidad y preocupación hablan bien de tu estatura humana.
Comprendo tu cabreo frente al desafío independentista, tu estupefacción ante los índices de aborto en España o el desmoronamiento de la familia tradicional… Las leyes que se aprueban desde la derecha y la izquierda parecen ir en el sentido de ahondar aún más en la crisis de valores de la que me hablabas.
¿Es la ley el origen de esta deriva? O, por el contrario, ¿las leyes son la expresión de una sociedad que ha perdido las evidencias que había recibido de su tradición? Tradición que continuamente debe ser renovada y verificada.
También para mí es una tentación pensar que un giro en las leyes podría ser el modo de frenar esta deriva. Nosotros tendemos a creer que podemos cambiar el mundo a mejor de un día a otro porque cambiamos unas leyes y le explicamos a los demás cómo deben ser las cosas porque aún no las han entendido bien. Sin embargo, me ha llamado mucho la atención una afirmación del Papa Francisco donde insiste en la necesidad de “crear procesos y no tanto de ocupar espacios por parte de los cristianos”.
¿Qué es lo que nos permite construir en una sociedad que es plural? ¿Cómo podemos los cristianos realizar una aportación positiva a la sociedad? ¿Recuperando una hegemonía perdida? ¿O por el testimonio agradecido de la belleza de lo que hemos encontrado? (Sí, lo sé, este último método es mucho más lento y seguramente no lo verán nuestros ojos). Pero es que sin la gracia difícilmente muchas de las cosas que podemos considerar “normales”, como el matrimonio para toda la vida, serían alcanzables también para nosotros.
¿Son los otros unos malvados por no compartir nuestros valores? ¿O simplemente no han podido reconocer, por la razón que sea, la conveniencia del cristianismo para sus vidas? Sé que en el mundo hay gente malvada. Pero, ¿son las personas que encontramos en el trabajo, nuestro amigo podemita, o los papás del cole unos malvados más allá de sus debilidades y contradicciones? ¿Acaso no tenemos nosotros también experiencia de que, como decía un personaje de una obra de Mario Benedetti, la vida es abatimiento? ¿No es también para nosotros la vida un abatimiento cuando nos alejamos de la fuente que nos da la vida?
Frente a los desafíos a los que nos enfrentamos, ¿es la solución aumentar la polarización? ¿Crear bandos irreconciliables?
Te ruego que, independientemente del sentido de tu voto que solo tú puedes decidir, medites todas estas cosas.
Creo que es necesario poder buscar aquellas opciones políticas que puedan renovar la vida de nuestro país, llevamos años en una parálisis permanente, alejadas de cualquier tentación de mesianismos y radicalismos sean de un signo u otro. Te en cuenta que el voto a Vox resta a C´s y PP, y puede provocar que el PSOE gobierne. ¡Coño, perdona! Se me ha escapado. Ya sé, de sobra, cómo te fastidia que durante años te hayan hablado del voto útil. Olvídate de esto último y piensa en lo demás.
Un abrazo grande.
Juan Carlos