La fantasía
En la imaginación del niño el sueño se mezcla con la realidad de forma natural y juega con las palabras cargándolas de vida y nuevos significados. Los cuentos desarrollan en él la necesidad de lo insólito y el libro se convierte en una especie de segunda vida, como los sueños, pero duraderos, porque se pueden leer repetidas veces.
Ha habido determinados años en que se discutía sobre si era mejor enseñar al niño cómo es el mundo desde lo fantástico o desde lo real. Digamos que se llegó finalmente a la conclusión de que ambas cosas eran necesarias y una no quita la otra. De ahí el ´boom´ de la literatura fantástica.
La cuestión es que el ser humano necesita soñar y hay muchas formas de hacerlo y diversas corrientes dentro de la literatura fantástica. Los relatos fantásticos, bajo una apariencia ligera, tocan los problemas más graves y llevan al lector a cuestionarse sobre los dramas del mundo real.
Lo imaginario auténtico no aleja de la realidad, sino que la restituye, ayudando a franquear el olvido. Paul Éluard decía: ´Me obstino en mezclar las ficciones con realidades temibles, para hacer estas realidades menos temibles, para dominarlas´.
No hay que temer que por leer libros fantásticos el niño se convierta en irracional. En la infancia, la imaginación, la sensibilidad y la inteligencia, van de la mano; no se pueden disociar. La cuestión es nutrirlo con el registro de lo imaginario sano, auténtico, de calidad. Es conveniente que abra un libro, o mejor aún, que desde edades tempranas lo abra un adulto con él y acceda a las historias que no hacen sino referencia a la realidad.
La palabra literaria tiene fuerza y conviene que la descubra antes de entrar en el mundo de la realidad virtual, porque ahí, sí que encuentra lo engañoso con facilidad. Tiene que tener armada su cabeza para no dejarse engañar.
La mitología greco-latina, los cuentos de hadas (Hermanos Grimm), Las Crónicas de Narnia (C.S. Lewis), El mundo de Peter Rabbit (Beatrix Potter), Charlie y la fábrica de chocolate (Roald Dahl), La historia interminable (Michael Ende), Donde viven los monstruos (Maurice Sendak) o Los tres bandidos (Tomi Ungerer), les ayudarán a entrar e interpretar desde la fantasía, el mundo real.